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Conoce un poco nuestra historia

Fue allá por el año 1989 cuando compré una guitarra headless, era una Riverhead.

Fue amor a primera vista.

En aquel entonces tocaba en una banda rollo punk-rock, Para nada la estética de aquella guitarra encajaba con la banda, a decir verdad, creo que se salía de lo que estaba y aún esta bastante establecido y era difícil de que encajase con nada.

Sin embargo, aquella guitarra me ofrecía muchas más cosas que una imagen «cool» más propia de una banda de punk-rock.

La ausencia de la pala (Headless), era una de las características del diseño de aquella guitarra y el cuerpo… el cuerpo de aquella guitarra era algo más parecido a un remo, sí un remo para remar embarcaciones.

Ese diseño la hacia una guitarra muy compacta, tenía otros muchos detalles, pero por no alargarme, a parte de un buen sonido, también me ofrecía ligereza, lo cual la convertía en una guitarra ideal para andar con ella de un lado para otro. Del local a casa, de casa al local…

Fue mi guitarra, hasta que diez años más tarde

en 1999,

construí mi primera guitarra, fue una copia de una guitarra de diseño «clásico», de 1952.

Buen sonido y muy bonita, pero……mucho peso tanto para tocar de pie, o sentado incluso usando correa, ya que el diseño que tenía atendía más a cuestiones de tradición más que a cuestiones funcionales o fisiológicas del cuerpo humano.

Posteriormente, construí otra guitarra, en esta ocasión una guitarra muy grande de cuerpo y pala, esta vez era una copia de otro «clásico» de 1958……..muy grande.

Di un paso importante construyendo esta vez unas guitarras, también copias, en esta ocasión de un diseño ergonómico, y además headless.

Allá por el 2010,

sin olvidarme de las posibilidades funcionales o fisiológicas del cuerpo humano, y teniendo en cuenta la higiene postural, reuní toda la información que disponía y diseñe la STL.

Una guitarra que se adapta mejor a las necesidades de los/as guitarristas.